Este es un espacio literario donde convergen las palabras y las ideas de autores noveles y consagrados del panorama español. Creado por el escritor, coach, neuropsicólogo y pedagogo social, Ángel J. García , el blog se presenta como un refugio para las mentes creativas que buscan compartir su arte y ofrecer una ventana hacia la literatura contemporánea en español. Aquí, cada texto es una invitación a explorar el lenguaje desde una perspectiva fresca, actual y cargada de matices, con un fuerte componente underground que se atreve a romper con las convenciones establecidas. Ángel J. García www.angeljgarcia.com
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"AL CAER LA TARDE" · (Ildefonso Vilches)
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AL CAER LA TARDE Empujó la vieja puerta desvencijada de aquella cabaña perdida a la orilla del lago, sitiada por un inextricable bosque de encinas y de árboles frutales y de restos podridos de animales y otras alimañas. Al abrirse sobre sus goznes un trozo de puerta resbaló del marco cayendo al suelo dejándola entreabierta. La observar con hondo quebranto, la entrada oscura, con el rostro asediado por el miedo, con las venas de las sienes engordando hasta casi estallar, mediando entre el huir y el acceder con una encomiable fuerza interior. La suya, la de un padre rasgado en las entrañas desde hacía varios días. A su espalda, el sol caía rendido ante la frondosa arboleda, la brisa con pesadumbre se aligeraba y se encontraba rendijas entre ramas y vegetación hasta salir airosa y soplar con rabia. El silencio era estructural, esencia de aquel bosque. Al entrar al salón, los rescoldos de una chimenea mortecina caldeaban la estancia. A su lado, sobre la mesa del comedor, junto...
"DE LA MANO CON EL MIEDO" · (Txema Pikabea)
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" DE LA MANO CON EL MIEDO" Ya nacemos con miedo, o algo parecido. En cuanto salimos del vientre de nuestra madre, de nuestro núcleo de absoluta seguridad, comenzamos a sentir miedo, porque, de repente, nos encontramos ante una realidad completamente desconocida. Y lo hacemos llorando y si no, nos dan un cachete, el primero de tantos, para recordarnos que la vida es esto, un camino entre el miedo y el pulso que intentamos echarle. Soy miedoso, lo confieso. Mi vida, la sociedad, las creencias religiosas que nos han metido con calzador desde bien pequeños han hecho una gran labor. Recuerdo cuando era pequeño y no terminaba de entender los enfados, los nervios y las malas formas de los mayores. Poco a poco fui entendiendo que todo eso era una mala gestión de los miedos que producían las diferentes situaciones y circunstancias. Desde bien pequeño, todo es miedo: «si no te viene las lentejas, vendrá el lobo», «si no apruebas, no irás de vacaciones», «Si te tocas, irás...
"LOS FRUTOS DE LA CODICIA" · (L. Morant)
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"LOS FRUTOS DE LA CODICIA" La vida de Higinia Pollastre cambió cuando compró aquella planta en el zoco de Ceuta. “Dice el moro que esta planta te da dinero si la riegas bien”, se reía con sus amigas con las que estaba celebrando la despedida de divorcio de Pepi, que a sus sesenta y tres años se había cansado de aguantar al pelma de Salva, su ahora exmarido. El caso es que el viejo de la jaima no paraba de insistirle en que era cierto, que era una planta especial, y claro, como se la dejaba “barata, barata”, pues Higinia se la llevó para su pueblo. El hombre le explicó que el secreto estaba en el riego: cuanto más riego, más dinero le daría. Y así lo hizo ella: la regaba hasta tres veces al día con su agua osmotizada y le añadía alguna tierra enriquecida con productos minerales. El inconveniente, por llamarlo de alguna forma, era que según le había contado el viejo, para lograr ese dinero, tenía que mirarla con sangre. Ni que decir tiene que ella no le hizo ni caso. La plant...
"EL RINCÓN SECRETO" · (Emecé Condado)
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"EL RINCÓN SECRETO" Laura nunca entendió por qué la gente complicaba tanto el sexo. Meter y sacar, repetir como si el placer viniera de la inercia. A ella no le hacía falta todo eso. Lo que quería era claro y sin rodeos: una lengua en su axila. Sin penetración, sin falsas expectativas. Solo eso. Tomabas el trato o seguías tu camino. Desde que conoció a Daniel, supo que era del tipo manejable y con suficiente curiosidad para dejarse llevar. Después de tres copas y unos cuantos comentarios intrascendentes, lo invitó a su apartamento. Allí, bajo la suave luz del salón, le sirvió un whisky y fue directo al grano. Se quitó la camiseta con la facilidad de quien ya no pierde tiempo con las formalidades. —Voy a ser clara. Nada de sexo al uso. Lo que quiero es que metas tu lengua aquí —dijo, levantando el brazo y mostrando su axila sin ningún pudor—. Sabe rico... Te va a gustar. Daniel tragó saliva, atrapado entre la sorpresa y una excitación que no entendía del todo. Nadie le había p...
EL CEMENTERIO (Natalia Camodeca)
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"MAMÁ ME LLEVABA AL CEMENTERIO POR LOS ABUELOS" Mamá me llevaba al cementerio por los abuelos. Yo agarraba un gato y me iba a investigar. Me gustaban las fotos, las cartas y los pequeños efectos personales que se dejaban como talismanes. Había algo santo en todo eso. Dos veces encontré esqueletos. Me parecían limpios. Sin vejez. Pecado enfermedades. Hechos, vividos, expertos: tierra arada. Cavados y acabados. Con el tiempo que dejamos de ir. Desde entonces los gatos me vigilan, saben que olvidé cómo sentir con naturalidad lo que es natural y que solo los que dividimos las dos caras de una moneda caemos en fosas comunes a morir de espanto. Natalia Camodeca (29/10/2024)
"UN OJO BUENO ME QUEDA" · (Natalia Camodeca)
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"UN OJO BUENO ME QUEDA" Un ojo bueno me queda. Un vigilante veinticuatro horas. Uno solo con el que intento no avergonzarme con las palabras. Digo, por ejemplo, miedo, amor, angustia, libertad, cáncer haciendo una pausa larga por delante y por detrás, como si pudiera encerrarlas. Pero las palabras no están para protegerme, ni son figuritas de cristal, por el contrario, están para manosear el mundo aunque nos manchemos hasta la médula. A esta altura puedo condensarme en una sola sensación: urticaria. Si me animase, me ahorcaría de los nervios del ojo bueno para experimentar el balbuceo, el lenguaje más exacto para traducir el barro. Natalia Camodeca (29/10/2024)
"NINA" · (María R. Samón)
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"NINA" Hola, me llamo Nina y soy una perrita de dos años, pequeña y de color marrón con el lomo negro, así que no entiendo por qué mi mami humana me llama muchas veces «rubia». Cosas de humanos. Os voy a contar mi historia. No sé dónde nací, solo recuerdo que cuando era muy pequeña me encerraron en una jaula de dos metros por dos. Allí vivía, escondiéndome del mal tiempo en una cabaña que me hicieron dentro de la jaula. Y aunque tenía muchos amigos, todos vivían encerrados como yo. Hace un año vi acercarme a una humana por el camino que daba a mi calle. Me escondí enseguida mientras mi vecina ladraba y saltaba. Pero esa humana se paró delante de mi casita, se agachó y me llamó. Me acerqué despacio y vi que metía los dedos por los agujeros de la reja. —¿A que te muerdo? —le ladré. Pero ella, claro, no me entendió y siguió intentando tocarme —. Ah, no, de eso nada, monada —volví a ladrar. Pero ella ni se inmutaba, seguía en su empeño por tocarme. Finalmente cedí y me acer...
"LA SONRISA DE HADES" · (Victor Filgueira)
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"LA SONRISA DE HADES" A la muerte no le gusta llegar de repente. Es osada como la excepción en las leyes universales, Rompe las barreras del sonido para decirnos que ya está aquí. Yo la vi de lejos, a su espalda, las primeras veces. Vi que la observaba con sus botas de agua y el paraguas en la mano con el gesto de quien espera en la marquesina. Y luego, cómo se le fue acercando, con el zigzag de un delantero entre la gente, hasta acercarse, hasta rozarle el cuello con su respiración dormida, hasta penetrarle en las costillas dejando su huella imperceptible como un claro en la hierba de los parques. Así la vació como una habitación de soltera hasta que por las grietas de los huesos se le escuchó el eco de los salones amplios y abandonados. Un detalle por su parte: mostrarse sólo para mí. Así que sólo yo veía tres reflejos en los escaparates, que éramos tres durante las noches insomnes, tres cuando sonaba el despertador En la madrugada, cuando un hilo de mejoría puso un...
"EN AQUEL LUGAR" · (Ildefonso Vilches)
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"EN AQUEL LUGAR" Cuando llegué allí, a aquella cala al borde del paseo marítimo, a aquel rinconcito resguardado del temporal, abarrotado de pequeñas barcas pesqueras, dominado por un baluarte al que según la marea se podía o no acceder por tierra; supe que había llegado a mi lugar. Venía triste con el rostro demacrado por la escasez de asiento, como el errante por un desierto necesitado de agua. Había atravesado inmensas riberas y humedales, llanuras infinitas plantadas de mieses; había subido a la cima de montañas y me había perdido por bosques de pinos y fresnos; y había rodeado humedales y marismas y lagunas medio secas… Venia triste y desolado. Porque nadie me acompañaba desde que inicié el camino solo y lo continué durante muchas jornadas, sin que nadie se apiadara de mi soledad. Me miraban con ojos acuosos, y me interrogaban con rostros extrañados, y me señalaban con dedos vacilantes como diciendo: “Ahí va… ese”. Pero jamás cedí a la amargura y al apartamiento, que m...
"MIEDO" · (Txema Pikabea)
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"MIEDO" Soy el rey del mundo, así me conocerás, vivo contigo todos los días ya todas las horas, soy una parte fundamental de ti. Comenzamos el camino juntos desde que eras bien pequeño, cuando tenías cierta conciencia y eras capaz de distinguir entre el bien y el mal, entre qué hacer y qué no hacer. Mantengo en vilo toda tu existencia, no quiero separarme de ti jamás, porque el vínculo que hemos creado, es tan fuerte que sería una pena hacerlo; de todas maneras, tú y todo el mundo sabe que esa separación jamás se dará, que muy poca gente lo consigue. Las noticias del mundo, las que nos rodean, son realmente alarmantes y preocupantes, pero es ahí donde yo me siento seguro, necesito tener mis objetivos controlados, mis metas, mis aspiraciones, aunque estas llegan sin mucho esfuerzo porque tu debilidad es patética y alarmante. . . . . Soy amigo de religiones, noticieros, gente cotilla y malvada, prensa destructiva. Tienes momentos de lucidez, claro que sí, ni puedo ni q...
"EL PESO DEL MIEDO" · (Emecé Condado)
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"EL PESO DEL MIEDO" Clara odiaba los ascensores. Odiaba ese momento en que las puertas se cerraban, aislándola del resto del mundo, obligándola a enfrentarse a su reflejo en ese metal frío que devolvía siempre la misma imagen: la de una mujer atrapada en su propia vida. Pero más que el ascensor, lo que realmente odiaba era lo que representaba: la posibilidad de caer en picado sin ni siquiera tener tiempo de reacción. Subía lentamente los cinco pisos hasta su apartamento. Cada peldaño era un pequeño castigo que se autoimponia, un recordatorio de que no se podía huir del miedo. Ni del ascensor, ni de algo mucho más profundo: el miedo a enamorarse. Clara había aprendido a vivir entre líneas. A no comprometerse ni con una idea, mucho menos con una persona. Sus relaciones eran de quita y pon: café, unas cañas, cena, unas copas, sexo y olvido. No había espacio para que los sentimientos echaran raíces. Sabía qué decir, cuándo irse y cómo asegurarse de que la otra persona jamás int...